Al más puro estilo de Michael Cacoyannis en su emblemática película Zorba el griego, un grupo de plañideras silenciosas e indignadas, de luto riguroso, desfilaron hoy por las calles de Llinars del Vallés acompañando a unos fornidos enterradores -de luto riguroso e indignados también- que porteaban el pesado féretro de la difunta Sanidad Pública. Y es que los recortes del recién estrenado gobierno de CIU han empezado a golpear cobardemente a los más débiles: a los enfermos.
Cierre definitivo de ciertos servicios médicos en numerosas poblaciones, clausura de quirófanos en otras, restricción en el horario de las urgencias, supresión de la atención médica a domicilio, disminución del servicio de ambulancias, ERES…, nos están pegando en lo que más nos duele: en el dolor mismo.
Mientras tanto, los buitres, léase banqueros, seguros privados y otros advenedizos, empiezan ya a cortejarnos con sus ofertas de seguros médicos privados…
Después de
repartir un par de centenares de octavillas explicativas por las calles más transitadas del pueblo, los indignados llinarsences, arropados por varios vecinos, leyeron a las puertas del Centro de Atención Primaria un manifiesto en el que describían la situación a la que la Generalitat está abocando a la Sanidad Pública catalana.
¡NO PERMITAMOS QUE JUEGUEN CON LA SALUD DE LOS NUESTROS!
(Mientras tanto, como si de un insultante ejercicio de vasos comunicantes se tratara, un gran número de alcaldes catalanes, con el bastón de mando aún caliente, deciden subirse el sueldo, algunos hasta el 50%…).
indignades Llinars del Vallès 